jueves, 5 de abril de 2012

El mejor fichaje para la empresa


El cliente es lo primero
 Foto sacada de empresasypymesblog.com.ar 

Un compañero me preguntó el otro día si conocía algún libro sobre técnicas de venta, o si le recomendaba algún blog que tratara seriamente sobre la manera de incrementar la clientela, ampliación de mercado o técnicas de captación. Realmente estaba preocupado por el futuro de su empresa y quería muy seriamente lograr que la facturación mensual no bajara a mínimos insostenibles que era lo que, parece ser, le estaba ocurriendo. Como me decía: “La maldita crisis”. Esa es una buena actitud: buscar enconadamente soluciones.
La verdad es que uno ya está un poco harto de, achacándolo todo a la crisis, no hacer nada o muy poco por superar ese umbral societario de la pobreza que lleva o al cierre o al concurso de acreedores, con la base de creerse impotentes para superar algo que nos viene de fuera.
No voy a decir yo que la maldita-manida crisis no sea el principal problema de las dificultades de la economía del país y por ende de las empresas españolas. Ni mucho menos. ¡Faltaría más negar lo innegable! Evidentemente se puede (y se debe) luchar individualmente contra la crisis.
En una entrevista a un conocido entrenador de futbol de la elite de este país, se le preguntaba cual consideraba que era, de entre los que había realizado el equipo en el mercado de invierno, el mejor fichaje. Él, respondió, rápidamente, que había sido uno de los jugadores que ya tenía y que, por problemas físicos durante el primer tercio de la competición, no había estado a la altura hasta que, después del parón navideño, su rendimiento mejoró un 100%. ¡Su mejor fichaje estaba dentro!
He sacado a colación esta anécdota porque creo sinceramente que descuidamos en el día a día de la empresa un factor importantísimo y que debería estar, y más en estos tiempos, mucho más mimado y atendido: el propio cliente. De su fidelidad se pueden derivar incremento de ventas del propio cliente y, además, incremento de la clientela que podemos ganar por recomendación. Tampoco voy a decir que no hay que intentar “arañar” nuevo público para nuestra empresa, pero deberíamos implementar los esfuerzos tanto humanos como económicos en aras a conservar lo que tenemos antes que buscarlo fuera.
En la revista “Emprendedores” de este mes de abril se comenta un libro (“Lo que ahora importa”, Gary Hamel) que, debe ser, interesante a la vista de su autor y de su temática (“una visión personal de lo que debe ser un directivo”). Pero lo que realmente me ha llamado la atención es que, según la revista, Hamel recomienda a sus alumnos unos consejos de despedida para que los tengan presentes a la hora de dirigir una sociedad: considera que deberían pensar en la empresa como si todos sus componentes fueran familia del directivo (proveedores, socios capitalistas, trabajadores, clientes, etc.). Así, y refiriéndome sólo al tema del presente post, deberíamos considerar que los clientes de nuestra empresa son nuestros hijos por lo que “os enfrentaréis con cualquiera que sugiera que debéis engañarle, aprovecharse de ellos o explotarlos”. Sería pues, ¿como tratarías a tu hijo si fuera el cliente?
Creo que es un tema tan importante dentro de la empresa que en futuros posts ahondaremos en él.

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